El hambre nos amenaza

Este es un interesante articulo sobre la crisis alimentaria y sus posibles consecuencias en el mundo publicado este último domingo en EL DIARIO LA REPUBLICA

El hambre nos amenaza

Hace una semana Estados Unidos, la primera potencia económica del mundo, racionó por primera vez en su historia un comestible de gran demanda, el arroz. Esta decisión ha alertado a la comunidad internacional sobre la gravedad de la crisis alimentaria que se ha abatido sobre la humanidad en su conjunto y que afectará sobre todo a los países pobres. El futuro se vislumbra dramático.

Por Raúl Mendoza

Provecho. Manila. Niños de Filipinas comen sardinas con arroz durante una protesta. El cambio climático amenaza la producción agrícola y el abastecimiento de alimentos en ese país.

Muchas veces los profetas del desastre han afirmado que el mundo camina hacia una época en la que la hambruna se extenderá por numerosas regiones del planeta. Parecían especulaciones de ciencia-ficción, pero no estaban muy equivocados. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, dijo esta semana, sin anestesia, que la dramática escalada del precio de los alimentos "expone al mundo a la hambruna generalizada y –ojo al dato– a tensiones sociales en una escala sin precedentes". Es decir, la crisis alimentaria es real y, como un fantasma que recorre el mundo, ya está aquí. Es una combinación letal de factores.

1. Hambre y desestabilización.

La Organización de las Naciones Unidas señala que los precios de alimentos básicos como el arroz, los cereales, el aceite y el azúcar están hoy 50% más caros que el año pasado. El trigo, la materia prima de la harina, aumentó 130% en el mismo lapso y junto al alza de otros ‘comodities’ ha ocasionado inflación en los países que necesitan importarlo, incluido el Perú. ¿Qué originó la crisis alimentaria? Estas son las causas: a) fenómenos climáticos (sequías, inundaciones, nevadas, etc.) provocados por el calentamiento global; b) alza de los precios del petróleo y de los fertilizantes; c) más campos de cultivo dedicados a la producción de etanol y biodiesel; d) la creciente demanda de alimentos en China e India, de combustible y otros productos. La situación es incierta para los países más pobres porque si en los países desarrollados una familia dedica el 10% de sus ingresos a la alimentación, en los países tercermundistas esa proporción puede llegar al 90%. La situación se presenta tan preocupante que el propio presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, dijo hace dos semanas que, de seguir agravándose, "podría derivar en la desestabilización de muchos gobiernos" en el mediano plazo. La pobreza aumentará: la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha anunciado que habrá 15 millones de indigentes adicionales a consecuencia del alza.

Maíz. Estados Unidos lo quiere para hacer biocombustibles.

2. EEUU sufre pero agrava la crisis.

Nunca, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos racionó alimentos. Pero hace una semana dos grandes cadenas mayoristas tuvieron que hacerlo con el arroz ante la compra masiva de comerciantes que hacían pedidos grandes para ‘stockearse’ por el aumento del precio internacional. Ese pánico especulativo también se debe a la recesión que ya se vive en ese país y amenaza con disparar los precios. Ha subido el precio de la gasolina y de algunos productos derivados del maíz y del trigo. El galón de gasolina hoy llega a 4 dólares y el precio es tan inusual que en algunas ciudades los dispensadores de combustible deberán ser cambiados porque tienen como límite US$ 3.80. Una de las principales causas de la crisis en EEUU es la crisis hipotecaria que desequilibró a los bancos que otorgaron créditos sin la suficiente seguridad de retorno de la deuda. Según Alan Greenspan, que dirigió durante dos décadas la Reserva Federal norteamericana, esta crisis ¡es la peor en los últimos 50 años! Ello ocasionará efectos en los países en desarrollo, sobre todo América Latina, como la disminución de la inversión norteamericana y de las remesas que los inmigrantes envían a sus países de origen. Además, para compensar sus carencias en el tema del petróleo, la administración Bush impulsa la producción de etanol y biodiesel a partir del maíz –a diferencia de Brasil, que lo hace con caña de azúcar–, con lo que agudiza la inseguridad alimentaria en el mundo.

3. Los biocombustibles, ¿más malos que buenos?

La gran discusión sobre la producción de etanol y biodiesel se centra en que provoca que grandes extensiones de terreno sean dedicados a cultivar maíz, caña de azúcar, soya –entre otros productos de donde se extraen estos biocombustibles– y no se les destine al consumo humano. En este tema, paradójicamente América Latina lleva la delantera con Brasil como el principal productor, seguido de Estados Unidos. Pero hay una diferencia: Brasil produce biocombustible con caña de azúcar desde el 2004 y no ha ocasionado un desbalance en los precios del azúcar.

En cambio Estados Unidos destina el 30% de su producción total de maíz a biocombustibles y sí ha provocado que el precio se dispare en todo el mundo. Para el economista Gonzalo García, ex director del Banco Central de Reserva del Perú, las tierras de cultivo deben destinarse a la producción de alimentos y no a la industria. "Este factor es probablemente la causa principal de la crisis actual, porque tiene un efecto directo en el precio de los cereales", dice. En todo el mundo zonas donde antes se sembraba trigo hoy son dedicadas a productos que puedan ser transformados a etanol. Consecuencia: el pan es hoy más caro en muchos países. Hace poco el presidente de Bolivia, Evo Morales, decía que producir biocombustibles era optar entre "el auto o la vida". Y ex el relator de Naciones Unidas, Jean Ziegler, señaló que su producción a partir de productos comestibles era "un crimen contra la humanidad".

4. China e India, problemas para el mundo.

Estos dos países, los más poblados del mundo y con el mayor crecimiento económico, están viviendo un proceso de industrialización rápido y como consecuencia de ellos sus necesidades son cada vez mayores. Su demanda de carne y productos lácteos hace que suban los precios de los granos que alimentan al ganado, su exigencia de biocombustibles hace que se disparen los productos con que los fabrican y su industria en permanente expansión exige elevados niveles de materias primas minerales y petróleo. Toda esta demanda masiva de los dos gigantes, además de mantener los precios altos, puede crear problemas sobre los recursos naturales en Sudamérica y presionar el cultivo de productos agrícolas para exportarlos a estos países y no para el consumo interno.

Esta es otra de las causas para la crisis alimentaria global. Como se ve, podemos decir que todos los factores están entrelazados. La decisión de un país influye en la situación de otros. Sin embargo, hay países mejor preparados que otros para enfrentar los tiempos difíciles que se vienen. Todos los organismos mundiales coinciden en que el apoyo a la agricultura de subsistencia puede paliar el efecto. "En el Perú el gobierno debe tomar esta decisión a la brevedad posible. Y cambiar los hábitos de consumo tomando en cuenta otros productos que sí se producen aquí", dice Gonzalo García. Este año el Banco Mundial dará financiamiento más rápido y flexible a los países más pobres. Y el 2009 doblará la cantidad de préstamos para la agricultura en África. Están buscando conjurar un desastre que se viene.

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