domingo, 22 de junio de 2008

Villaseca y sus cocinas solares

Uno de los casos mas emblematicos sobre como el uso de las cocinas solares puede mejorar la forma de vida de los pueblos que la utilizan es del pueblo chileno de Villaseca(valle del Elqui, IV región), en donde la necesidad, el ingenio, el sol y la tenacidad de sus mujeres, lograron que este sitio desertico pudiera salir adelante.
El siguiente es un reportaje del Canal 13 de Chile que los invito a leer.

En el Valle del Elqui, en la Cuarta Región, en un pueblo llamado Villaseca viven unas 110 familias que trabajan con los viñedos del sector.

Las familias debían lidiar con las dificultades para obtener combustibles para preparar sus alimentos y para calefaccionarse en las noches frías del valle. Recolectar leña, era la única posibilidad. Las mujeres caminaban más de cinco horas diarias en los cerros vecinos para obtener algunos troncos.

"Había que ir a los cerros, a los potreros donde habían árboles secos. Hacerse un montoncito de leña, subir por los callejones con el atadito y, el que disponía de unos pocos pesitos, compraba cargas de leña. En esos años se usaba mucho amasar en casa, así que era sacrificado buscar la leñita", recuerda Guillermina Órdenes.

Fue entonces cuando un grupo de mujeres, con algo de temor, recibió en sus casas las cocinas y hornos solares entregados por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), que les enseñó a usar cocinas alimentadas por la energía solar.

Desde la leña al sol
Marta Rojas recuerda lo fantástico que fue este cambio. "Me las arreglé e hice mi cocina. Cortando pieza por pieza, pegando vidrio por vidrio, fue algo fantástico. Me dieron unas ganas de llorar. Me enternecí. Fue algo hermoso y dije logré algo, después que no era nadie".

Quizá lo más difícil de toda esta experiencia, fue convencer a las dueñas de casa del pueblo a usar estas cocinas, porque tenían miedo, "era algo extraño, porque nunca lo había visto. Me parecía que ese iba a explotar", comenta la señora Alicia Salazar.

Poco a poco, las familias de Villaseca comenzaron a reconocer las virtudes de este invento que llegó a aliviarles parte de las actividades en su vida doméstica.

Dos antecedentes fundamentales permitieron elegir a Villaseca para este proyecto. Normalmente aquí se cocina entre las 10 y las 12 del día, horas en que la radiación solar y la temperatura ambiental son más propicias para el uso de esta tecnología. Además, tienen la costumbre de comer tres veces al día, recalentando su alimento, lo que permite el buen uso de las cocinas solares.

Comenzaron a vender algunos productos como pan y queques horneados por estas cocinas. En este aspecto, la experiencia de Lucila Rojas es decidora, ya que "gracias a la energía solar levantamos una pieza, compramos un refrigerador, una lavadora, una tele a color. Hemos comprado camas, tapas para las camas. También vestirnos mejor, comer mejor. Nosotros comíamos carne una vez al mes y ahora comemos todos los días, casi".


Un continuo desarrollo
Más que problemas, el cambio en toda esta infraestructura les ha traído innumerables satisfacciones. Incluso a principio de año, dos mujeres de Villaseca fueron invitadas a Paraguay para capacitar a nuevas familias en el uso de cocinas solares.

Después de todas estas experiencias, hace cuatro años comenzaron a darle forma a uno de sus proyectos más ambiciosos: un restorán solar. "Aquí está la cuestión, un restorán y eso da una fuente de trabajo para que la mujer pueda abrir aquí algo que no sean las parras", explica Lucila Rojas.

Según Alicia Salazar esto les permitiría "recibir a los turistas y mostrar nuestras comidas cocinadas por el sol y todas las experiencias que tenemos de los diez años de nuestra institución".

De esta forma, se pusieron en campaña y comenzaron a efectuar diligencias para concretar su sueño. Lideradas por Lucila, lo primero que hicieron fue un huerto para vender las hortalizas y conseguir parte del dinero necesario.

Con el paso del tiempo comenzaron a enfrentar los trámites necesarios para una tarea que recién se iniciaba.

La meta de tener un restorán en un pueblo ubicado lejos de todo, que ni siquiera aparece en el mapa, fue considerada por el resto de los habitantes una verdadera locura.

A pesar de ello, la tenacidad de estas mujeres fue más fuerte. Aisladas del turismo y de los clientes, lograron reunir dos millones de pesos para la construcción del local y algunas donaciones de materiales. "Nos regalaron seis mesas y 16 sillas, con eso iniciamos. Cada una trajo de su casa lo que no usaba, ya sea un juego de platos o de servicios. Con eso ya teníamos algo", añade Marta.

De igual forma, ella cuenta que "la cocina la llevamos de mi casa, una cocina a gas, porque hay que tener agua hervida para armar para poner en el horno solar, y porque además, también el sanitario nos exigía una cocina a gas, al igual que la campana, el extintor y un calefont".

El logro
El día tan esperado llegó en septiembre del 2000 cuando estas mujeres pudieron inaugurar su restorán solar.

Guillermina Ordenes recuerda que "tuvimos una fiesta allá también, para la inauguración del restorán. Fue maravilloso. Muy bonito y novedoso a la vez, porque nunca se había oído decir que por ejemplo, en otras partes hubiera habido tanta actividad solar".

En busca del turista
"El 18 de septiembre para mi no existío de ir a mirar las fondas o salir en un acto de algún colegio. No, yo me quedé ahí en el alto esperando por si llegaba algún turista, no llegó ninguno", cuenta Lucila Rojas. Sin embargo, ella no se echó a morir y pensó que si el tusrista no venía a ellas, debían ir a buscarlo y convencerlo.

Fue entonces, cuando a esta mujer se le ocurrió ir a Argentina. "Más que nada por ir a promocionar el restorán, porque sé que, si bien ahora no tenemos gente, en el verano el turista mendocino, san juanino va a llegar, y quiero ir a hacer un poco de publicidad con esta poca propaganda que hay que eran unos folletos", contó Lucila.

Una semana después, llegaron los primeros turistas, eran franceses. Benilda Rojas cree que lo atractivo de su restaurant es que "es algo exclusivo, puesto que el pan y la comida están cocinados con la energía solar, y eso usted no lo va a encontrar en otra parte".

Similar opinión tiene Gustavo Espinoza, guía turístico de la zona que señaló que ha "probado todas las comidas que ellos han hecho, desde el pan, el queque, todo y es bastante bueno, muy bueno y especialmente a la gente. Al turista le gusta mucho y además, que le llama mucho la atención".

Benilda cuenta que los clientes que pasan una vez por el lugar llaman a sus familiares diciendo: "mamá, estoy acá en el Valle del Elqui en una parte que es algo fantástico". Además explica que a los visitantes les llama la atención que sea un grupo de mujeres las que trabajan "y eso a nosotros nos satisface, nos sentimos orgullosas?"

Dificultades actuales
El 80 por ciento de las verduras que necesita el restorán se pruduce en el mismo lugar, aunque con grandes dificultades, ya que no cuentan con el agua necesaria. Pero eso hasta ahora lo han sabido sobrellevar. Sin embargo, estas mujeres podrían perder su restorán porque el terreno donde está ubicado no les pertenece.

Marta Rojas explica la situación: "Cuando nos iniciamos, teníamos un comodato, con SERVIU, pero pasaron los años. Fuimos a renovarlo y ahí se nos comunicó que esto había pasado a Chile comunas".

Ya iniciaron las conversaciones con las autoridades municipales para que les cedan el terreno o se los vendan. A pesar de lo que mucha gente crea, ellas señalan que todo lo que ganan lo invierten y sólo obtienen 40 mil pesos mensuales "pero eso para mí es mucho, porque yo en mi casa no lo estaría ganando", cuenta Marta.

Las que quedaron en el camino
En febrero de este año este esforzado grupo recibió un nuevo revés. Lucila Rojas fue desde el comienzo el motor de este proyecto. Ella puso toda su energía y su corazón a este desarrollo, paradójicamente hoy éste la ha dejado a un lado del camino. Ella tiene insuficiencia cardíaca, entre otras enfermedades.

Con este diagnóstico, ella les dijo a sus compañeras que no servía para ese trabajo. "Y no es que no nos sirva, porque si ella sigue haciendo lo que ella hacía, levantar una carretilla, hacer trabajo pesado, pero eso va en contra de su salud", señala Benilda.

Lucila intenta aceptar que la salud frustró su sueño. Sin embargo, inevitablemente siente "un poquito de nostalgia, pero pena no, porque cumplió una meta. Pena me daría cuando a mí me hubiesen echado, pena me daría cuando yo no hubiese terminado lo que se empezó, pero de hecho está".

El futuro
Pretenden terminar el proyecto del restorán que se encuentra en su primera etapa. Ellas sueñan con construir pequeños refugios de adobe y una piscina para recibir más turistas.

A la distancia, Lucila aún no resignada con las limitaciones que le presenta su afección al corazón, no ha tenido la fuerza de ir a visitar a sus amigas los últimos meses. Desde lejos les desea suerte y agradece todo lo que le dio el sol que para ella "es una maravilla. Es una bendición de Dios. Porque yo antes decía: pucha que calor. Hoy día no importa. No importa que nos queme la cara. Él nos ayuda. Él nos da fuerza".


Pueden ver también este video que es parte de este reportaje
ESCRITO POR Roberto Valer

MSc. en Energía, por la Universidad de São Paulo (Brasil), formado en Física por la Universidad Nacional de Ingeniería (Perú). Trabajó en el área de Energía solar en el Centro de Energías Renovables de la Universidad Nacional de Ingeniería y del Grupo de apoyo rural de la PUCP. Actualmente, es miembro del equipo del Laboratorio de Sistemas Fotovoltaicos de la Universidad de São Paulo.

7 comentarios:

orlando dijo...

hola, trabajo en un grupo de investigacion de las cocinas solares, quisiera comunicarme con ustedes, gracias, mi correo es orlando@gera.uo.edu.cu

Roberto Valer dijo...

Muuchas gracias por visitarnos, me pondre en contacto contigo

caroline_blue dijo...

Hola!!!....soy de Stgo y estoy pasando las fiestas patrias en la IV, vengo con la idea fija de encontrar el restoran solar abierto, vi el reportaje de canal 13 hace un tiempo y me pareció exquisito......les digo que ya partimos bien, pregunté en google por el restaurant para saber el lugar exacto y resultó ésta página.....bueno, mañana sábado iré...les haré comentarios...Saludos. Caroline Ithurbide O.

Roberto Valer dijo...

Hola Caroline, que bueno que hayas visitado este restaurante. Me gustaria saber que tal te fue, espero tus comentarios.

caroline_blue dijo...

Hola!!!....
El Restaurant me pareció Total!!!....es exquisito llegar y encontrarse con las cocinas solares con ollas en pleno proceso de elaboración.....el menú es riiquísimo!!!....la preparación del cabrito es deliciosa y el postre de leche asada mmmm.....les cuento que la atención es muy buena, el garzón es muy atento..eso es muy importante.......
Los felicito.....el lugar me encantó.....y por supuesto que lo seguiré recomendamdo.....Saludos!!!

Roberto Valer dijo...

Que bueno, entonces queda recomendado para todas las personas que quieren probar algo diferente y ayudar al medio ambiente. Me olvide encargarte un saludo de mi parte a las sras de Villaseca a las cuales admiro por su pujanza y esfuerzo.

Carlos dijo...

Me quito el sombrero ante la cocina solar! Me parece muy práctica en algunos casos..yo lo uso por ejemplo para hacer palomitas a la sarten. Si estoy en casa prefiero usar una maquina de palomitas o palomitero pero sino...ese invento me salva siempre que voy de camping jej

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