miércoles, 4 de junio de 2008

Empieza la guerra contra la agricultura organica


"No existen diferencias significativas entre los alimentos convencionales y orgánicos respecto de los contenidos en sustancias tales como vitaminas, nutrientes y componentes aromáticos".

Rob Johnson es un experto en temas medio ambientales y titula su crónica como Los grandes mitos orgánicos: Por qué la comida orgánica es una indulgencia que el mundo no puede permitirse. Citando un estudio sobre el Ciclo de la vida del departamento de Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales de Inglaterra (DEFRA), enciende la mecha en The Independent.

En su crónica pretende desmantelar los mitos sobre este tipo de alimentos tan en boga dentro de la conciencia ecológica. El primero: este tipo de agricultura no es inocua para la atmósfera.

"(El estudio) demuestra que la leche orgánica y su producción diaria es la mayor fuente de emisiones de gases del efecto invernadero. Un litro de leche orgánica requiere 80% más de terreno que la tradicional, tiene 20% más de potencial para el calentamiento global, libera 60% más de nutrientes a los cursos de agua y contribuye en un 70% más a la lluvia ácida", explica.

Esto es porque los animales que comen hierba en el campo producen más gases que los que viven hacinados comiendo piensos industriales en las instalaciones de las grandes marcas de productos lácteos. Según algunos expertos, lo que se pierde en medioambiente se gana en otras cosas, como una vida mejor para los animales explotados y una mayor calidad de los productos.

No es más sustentable

"La patatas orgánicas", continúa Johnson, "usan menos enegía para ser cultivadas pero necesitan más combustibles fósiles para trabajarlas en campos de cultivos y arado".

Los tomates que crecen en invernaderos en Gran Bretaña utilizan 100 veces más energía que aquellos que crecen en África. DEFRA estima que la producción de tomate orgánico en el Reino Unido libera tres veces más polución y utiliza 25% más de agua que la agricultura convencional.

Usa pesticidas

Las agricultura orgánica sí los usa. "Los pesticidas orgánicos son tan peligrosos que han sido obviados por su antigüedad" en la legislación y no tienen que pasar por los controles de seguridad modernos.

El ejemplo del cronista es el uso de soluciones de cobre para enfermedades producidas por hongos. "A diferencia de los modernos, el pesticida de cobre permanece tóxico en la tierra por siempre". Johnson no explica por qué hay muchos más casos de envenenamiento por pesticidas industriales que por materiales orgánicos.

¿No más sano?

Un estudio realizado por el Departamento de Economía Agrícola de la Universidad de Hohenheim, Alemania, sobre la Evaluación del Impacto Ambiental de la Agricultura Orgánica en Europa, tampoco defiende la agricultura biológica.

"No existen diferencias significativas entre los alimentos convencionales y orgánicos respecto de los contenidos en sustancias tales como vitaminas, nutrientes y componentes aromáticos".

Otros estudios en Holanda, Dinamarca y Austria han encontrado la presencia de la campilobacteria (que causa intoxicaciones alimentarias) hasta en el 100% de granjas orgánicas de pollos, y solamente en un tercio de las granjas convencionales. Los mismos niveles de contaminación por salmonella (a pesar que la agricultura orgánica usa vacunas contra este mal); y el 72% de los pollos orgánicos están infestados con parásitos.

Uno de los argumentos de los granjeros ecológicos es que sus animales no usan antibióticos pero, como resultado, sufren más enfermedades. En 2006 un estudio conjunto entre Austria y Holanda encontró que un cuarto de los cerdos orgánicos tenían neumonia contra el 4% de los cerdos criados en granjas convencionales.

Nada dicen de las enfermedades causadas por el uso de estos tratamientos en los consumidores.

Fuente: ADN.es
ESCRITO POR Roberto Valer

MSc. en Energía, por la Universidad de São Paulo (Brasil), formado en Física por la Universidad Nacional de Ingeniería (Perú). Trabajó en el área de Energía solar en el Centro de Energías Renovables de la Universidad Nacional de Ingeniería y del Grupo de apoyo rural de la PUCP. Actualmente, es miembro del equipo del Laboratorio de Sistemas Fotovoltaicos de la Universidad de São Paulo.

2 comentarios:

Nora Vázquez dijo...

Serán muchos los detractores pagados o de criterio propio que ataquen la agricultura orgánica,sin embargo los que la practicamos, vivimos y consumimos somos la prueba feaciente de que la agricultura orgánica no es una moda, ES UNA FILOSOFIA DE VIDA, donde hemos encontrando alimentos sanos, solidaridad entre los que la prácticamos, además se trata de un asunto de seguridad alimentaria y menor dependencia de insumos producidos por transnacionales

Roberto Valer dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, yo en la medida que me sea posible tambien uso alimentos organicos aunque son muy escasos aun y un tanto costosos. Hay un punto importante al final del articulo y es para mi el factor determinante para preferir productos organicos, la contaminación que sufren nuestros alimentos al ser continuamente bombardeados por pesticidas..

Saludos
Roberto

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